Cáncer de Piel


El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en la población, pero también uno de los más fácilmente detectables y tratables cuando se diagnostica a tiempo. Nuestro objetivo es identificar de forma temprana las lesiones cutáneas sospechosas y ofrecer el tratamiento más adecuado en cada caso. Para ello contamos con la tecnología FotoFinder, un sistema de dermatoscopia digital de alta resolución que permite registrar, analizar y seguir la evolución de los lunares con la máxima fiabilidad.

¿Qué es el cáncer de piel?

El cáncer de piel aparece cuando algunas células de la piel comienzan a multiplicarse de forma anormal y descontrolada. Estas células pueden invadir el tejido circundante y, en algunos casos, extenderse a otras partes del cuerpo. Existen diferentes tipos de cáncer de piel, siendo los más frecuentes:

  • Carcinoma basocelular: es el tipo más habitual y suele desarrollarse en áreas expuestas al sol, como cara, cuello o manos. Generalmente crece lentamente y, con el tratamiento adecuado, tiene un buen pronóstico.
  • Carcinoma epidermoide o espinocelular: también relacionado con la exposición solar. Puede aparecer en zonas de piel dañadas y, si no se trata, tiene capacidad de diseminarse localmente.
  • Melanoma: menos frecuente, pero más agresivo. Se origina en los melanocitos (células que producen el pigmento de la piel) y puede extenderse a otros órganos si no se detecta a tiempo.

En CLIDELAS insistimos en la detección temprana, ya que identificar una lesión sospechosa en sus fases iniciales mejora significativamente las opciones de tratamiento y recuperación.

Importancia de la prevención y la detección precoz

  • Prevención

    La prevención es la primera herramienta frente al cáncer de piel. Evitar la exposición solar prolongada, usar fotoprotección adecuada durante todo el año y realizar autoexploraciones regulares son medidas clave para reducir el riesgo.

    Una forma sencilla de vigilar la piel es aplicar la regla ABCDE, que ayuda a identificar lunares sospechosos:

    A – Asimetría. Los lunares benignos son redondos o simétricos.
    B – Bordes irregulares.
    C – Coloración poco uniforme. Los lunares benignos son de color marrón homogéneo.
    D – Diámetro. Los lunares benignos suelen tener un diámetro menor de 6 mm.
    E – Evolución. De cualquiera de los puntos anteriores.

    Si se observa alguna alteración, es fundamental acudir al dermatólogo para una valoración profesional.

  • Detección

    La detección precoz es esencial para mejorar el pronóstico y aplicar tratamientos menos invasivos. En CLIDELAS contamos con la tecnología FotoFinder, un sistema de dermatoscopia digital de alta resolución que permite registrar y analizar los lunares de manera precisa. Esta herramienta posibilita:

    • Realizar un mapeo digital completo de la piel.
    • Detectar cambios sutiles en el color, tamaño o forma de los lunares.
    • Guardar imágenes para comparar la evolución a lo largo del tiempo.

    Gracias a este seguimiento, el dermatólogo puede identificar lesiones sospechosas antes de que evolucionen, lo que facilita un diagnóstico más temprano.

  • Tratamiento

    Una vez identificado un cáncer de piel, el tratamiento debe adaptarse al tipo y a la extensión de la lesión. En CLIDELAS aplicamos las técnicas quirúrgicas más precisas, entre ellas la cirugía micrográfica de Mohs, considerada el método de referencia para la extirpación controlada del cáncer cutáneo. Este procedimiento permite eliminar el tumor preservando al máximo el tejido sano, lo que mejora los resultados estéticos y reduce el riesgo de recidiva.

CLIDELAS, un enfoque integral

En CLIDELAS trabajamos cada día para ofrecer una atención dermatológica rigurosa y personalizada, basada en la experiencia clínica y en el uso de la tecnología más avanzada.

Nuestro compromiso es acompañarte en el cuidado de tu piel, favoreciendo un diagnóstico temprano y aplicando los tratamientos más adecuados para cada paciente.