Prevención del cáncer de piel

D. Serafín Fernández-Cañadas Mayorga

Desde la antigüedad hasta el siglo XIX, el sol ha sido considerado un enemigo. Parecer blanco ha sido hasta hace muy poco sinónimo de bello, símbolo de nobleza y refinamiento.

Fue en el siglo XX, sobre los años 30-40 cuando se instauró la moda del bronceado con Coco Chanel, la aparición del primer aceite bronceador (1936), la aparición del bikini (1916) y posteriormente con el auge de destinos exóticos o la aparición de cabinas UVA.

A finales de los años 80 se empieza a tomar conciencia del daño del sol y se realizan las primeras campañas de prevención (“El sol brilla, la imprudencia quema”), y se desarrollan las primeras patentes de fotoprotección.

Realmente de la energía lumínica que llega a nivel del suelo, el efecto nocivo sobre la piel lo encontramos en los rayos ultravioleta A y B. (figura 1). Cada una de estas radiaciones tiene una serie de características distintivas:

Figura 1

  1. UVB: Son muy energéticos.

Máxima radiación en las horas centrales del día (12-18 horas).

Se atenúan por las nubes, cristales y capa de ozono.

El 75% de la radiación UVB la recibimos en los meses de verano.

  1. UVA: Menos energéticos pero más abundantes (95% de la radiación ultravioleta).

Irradiación constante desde que amanece hasta que anochece.

Atraviesan las nubes y los cristales.

Irradiación continua.

Estos dos tipos de radiación presentan efecto inmediato, a corto y largo plazo:

  1. Inmediato (0-15 minutos):

Calor

Síntesis de vitamina D

Pigmentación inmediata

Antidepresivo

  1. Retardada (2horas-20 días):

Quemadura, insolación.

Bronceado

Engrosamiento de la capa córnea

Alteración del sistema inmunitario

  1. Largo plazo (años después):

Fotoenvejecimiento

Hiperpigmentación

Fotocarcinogénesis


El fotoenvejecimiento puede ser considerado como un marcador de riesgo en la fotocarcinogénesis. Actualmente el 75% del fotoenvejecimiento es debido a la radiación UVA, que además produce daños más profundos en la piel (figura 1). Los rayos UVB actúan directamente sobre el ADN de los queratinocitos, produciendo dímeros de primidina. Los rayos UVA producen lipoperóxidos que alteran los aminoácidos, y radicales libres  que actúan produciendo mutaciones en el núcleo de los fibroblastos de la dermis y la matriz extracelular

La radiación UV posee un efecto inmunomodulador que está relacionado con el cáncer de piel. Tanto la radiación UVB como la UVA son inmunosupresoras. La exposición a la radiación solar provoca alteraciones morfológicas y reducción en el número de células de Langerhans


Hoy día es clara la relación entre fotoexposición y cáncer de piel. Las radiaciones UVA están relacionadas con la aparición de los carcinomas basocelulares, mientras que los UVB se relacionan más con los carcinomas espinocelulares y las queratosis actínicas. El efecto negativo de estas radiaciones será diferente según el fototipo de la persona expuesta (figura 2). Fototipos claros, tiene más riesgo de cáncer de piel para una misma exposición. En España, el 2.4% de la población es fototipo I, 21.4% fototipo II, 57.8% fototipo III y 18.1 % fototipo IV.

Figura 2

TIPO DE PIEL CARACTERÍSTICA DEL TIPO DE PIEL REACCIÓN TIPICA AL SOL COMENTARIOS DEL TIPO DE PIEL
1
  • Pelo rubio / rojo.
  • Ojos verdes / azules.
  • Piel muy blanca.
Siempre se queman.

Nunca se llegan a broncear.

Se dice que realmente nunca llegarán a ponerse morenos. Las adolescentes, a veces recurren a “quemarse”, y dejan pasar un día para que se genere algo de pigmentación mezclada con pecas.
2
  • Pelo rubio / castaño.
  • Ojos claros.
  • Piel clara.
Normalmente se queman.

Rara es la ocasión que llegan a broncearse.

Este tipo de piel se considera como la común, o el tipo de piel que se sitúa en la media. Los tipos 2 suelen decir que se llegan a poner morenos siempre y cuando tengan mucha precaución durante las primeras exposiciones directas al sol. Lo cierto es, que a menudo este “moreno” suele coincidir con una quemadura.
3
  • Pelo castaño /oscuro.
  • Ojos marrones.
  • Tipo de piel ligeramente  morena.
No suelen quemarse.

Normalmente se broncean.

Nunca reconocen que se han llegado a quemar un poco. Los tipos 3 siempre consideran que con un poco de precaución, pueden llegar a tener un buen bronceado.
4
  • Pelo negro.
  • Ojos oscuros.
  • Piel morena.
Quemaduras muy leves.

Siempre se broncean.

Ellos mismos consideran que con apenas sol y en poco tiempo de exposición logran ponerse morenos. Normalmente las pieles tipo 4 se sorprenden cuando se queman ligeramente.
5
  • Pelo negro.
  • Ojos negros.
  • Piel muy oscura.
Rara vez se queman.

Al exponerse se ponen  “ negros “.

Solamente se quemarán tras prolongadas exposiciones al sol, inmediatamente después  periodos muy largos sin haber estado expuesto a él.
6
  • Pelo negro.
  • Ojos negros.
  • Piel negra.
Insensibles a la exposición al sol.

No se queman.

Poseen una muy buena pigmentación que les permite tener una protección excepcional a luz ultravioleta.

También existe una asociación entre exposición al sol o cabinas UVA y la aparición de melanoma. El riesgo de las cabinas UVA es mucho mayor en menores de 36 años.

Por ello es muy importante la fotoprotección con medios físicos (gafas, gorros, camisetas) o con fotoprotectores. Actualmente la incidencia por ejemplo del carcinoma epidermoide de labio es mayor en varones y en labio inferior, debido a la acción beneficiosa de los pintalabios en mujeres, y a la menor radiación solar que recibe el labio superior.

La fotoprotección conlleva otros beneficios como la disminución del número de nevus, sobre todo en niños con fototipos I y II. Sin embargo pese a estar clara los efectos beneficiosos de la fotoprotección, solemos tener poco éxito en convencer a las personas en la que verdaderamente podemos realizar un papel preventivo (niños, jóvenes), quizás porque no observan los efectos cancerígenos que produce, porque lo ven muy lejos, o posiblemente porque no hemos sabido convencer todavía a grandes ídolos que son los que “imponen” la moda a la población.


BIBLIOGRAFÍA

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