CONSEJOS PARA UNA BUENA FOTOPROTECCIÓN
D. Serafín Fernández-Cañadas Mayorga
Introducción
Dado que el riesgo de aparición de cáncer de piel en el adulto es directamente proporcional a la intensidad de las exposiciones solares recibidas en los diez primeros años de vida (el 30% del capital solar se agota en la infancia y el 80% antes de los 18-20 años), y que la incidencia de melanomas de 1980 a 2000 es del 10% por año es importante incidir en el factor preventivo del cáncer de piel más importante hoy por hoy, la fotoprotección.
Son múltiples los factores que influyen en la irradiación solar:
- Latitud: La irradiación aumenta cuando la latitud disminuye hacia el ecuador.
- Altitud: Cada 1000 metros aumenta un 6% la radiación ultravioleta.
- Hora del día: La irradiación se atenúa a medida que aumenta la distancia. Por tanto sobre las 12 horas (cuando la sombra es menor) la radiación aumenta (figura 1, 3, 4). Además los UVA son constantes a lo largo del día, mientras que los UVB hace un pico máximo a las 12 horas. .
- Nubosidad: Detiene el 50% de los UVB pero no los UVA.
- Época del año: El ratio UVB/UVA es muy parecidos en invierno entre las diferentes provincias de un mismo país, y aumenta mucho en verano, fundamentalmente el de UVB.
- Capa de ozono: Absorve UVC Y UVB cortos. No absorbe UVA. Es variable. Por cada 1% de deplección de la capa de ozono, aumentan un 2,7% los carcinomas basocelulares y un 4,6% los espinocelulares
- Cristales: No todos los cristales filtran la misma radiación. Un cristal estándar de una ventana filtra el 97% de la radiación UVB y el 15% de la UVA, sin embargo el parabrisas de un coche filtra el 90% de la radiación. UVB y 30% de la UVA.
- Actividad profesional: Trabajos al aire libre reciben más radiación, pero en el interior, una persona puede recibir al año una radiación en el rostro de 1.500 J/cm2 que equivale a 80 horas de sol tropical.
Fotoprotección
Puede ser de 4 tipos:
Natural: Viene dada por la melanina de cada individuo, la autorreparación del ADN producido por el daño solar y el aumento de queratina que este induce. Varía según fototipo. Pero en cualquier caso es insuficiente para prevenir el fotoenvejecimiento y la fotocarcinogénesis
Física: Gafas, camisetas, gorras. (figura 2)
Fotoprotección ocular: La córnea es 300 veces más sensible a la radiación solar que la piel. La radiación que llega a la retina varía con la edad (bebés: 90% UVA / 50% UVB, niños: 60% UVA / 25% UVB, adultos: 1,5% UVA).
El color de los cristales no es una protección (unos cristales oscuros que no filtren los rayos produce una dilatación de la pupila y por tanto mayor daño ocular). Las gafas deben filtrar el 100% de la radiación UVA y estar homologadas por la comisión europea, con un índice de protección enumerado del 1-4.
Ropa: El grado de fotoprotección viene determinado por el color, porosidad, naturaleza de las fibras. Hoy día incluso se les añade productos que aumentan la protección. Si el color es más oscuro aumenta la fotoprotección, pero también el calor producido es mayor.
Externa: Fotoprotectores.
Interna: Consiste en la ingesta de moléculas con actividad antirradicales libres, que neutralizan los radicales libres producidos en la piel por efecto de la radiación solar. Aunque todavía no hay una legislación específica, los principales productos con esta acción son Vitaminas (A, C, E. beta carotenos), oligoelementos (zinc, selenio, cobre, manganeso), y ácidos grasos libres (fosfolípidos, triglicéridos, ceramidas, ac linoleico)
Nomenclatura
Actualmente en Europa para la medición de la fotoprotección frente los rayos UVB nos regimos por el método Colipa. El número SPF que encontramos en los diferentes fotoprotectores representa el coeficiente entre la dosis eritematógena mínima con y sin fotoprotector (SPF= DEM piel con fotoprotección/ DEM piel sin fotoprotección), siendo la DEM la cantidad mínima de radiación UVB necesaria para provocar un eritema de bordes definidos. La correspondencia con el grado de filtración la encontramos en la tabla 1.
Cuando hablamos de rayos UVA los métodos que más se suelen utilizar son los realizados “in vivo” (IPD y PPD). Ambas miden la pigmentación de la piel, después de una exposición a lámpara UVA, siendo MPD la Mínima Dosis Pigmentaria.
El método IPD: Mide entre 0 y 15 minutos después de la exposición a una dosis de energía UVA: 1-6 Julios/ cm2
Método PPD (Pigmentación Persistente): Medida a las 2 h después de la exposición a una dosis de energía UVA entre 15 y 30 Julios / cm2. Este es el método estandarizado en Japón y el que mejor se aproxima a las condiciones reales del uso del fotoprotector.
Filtros
Dentro de los fotoprotectores encontramos 2 tipos:
Físicos: Pantallas / Inorgánicos
Son polvos inertes, de origen mineral, insolubles, opacos y de alto poder cubriente que producen dispersión y refracción. Fundamentalmente están formados por dióxido de titanio, óxido de zinc, óxido de hierro , mica, caolín y talco. Tienen buena tolerancia remanencia y fotoestabilidad. Sin embargo se degradación por el calor y presentan mala cosmética (blanquean la piel, decoloran la ropa).
Químicos: Orgánicos
Moléculas sintéticas, solubles y ricas en dobles enlaces. Actúan absorbiendo de forma selectiva la energía de ciertos fotones. Son los más utilizados por su buena cosmética (no dejan la piel blanca) y su alto poder de absorción.
Consejos
Para que el fotoprotector sea efectivo 100% deberíamos aplicarnos 2 mg/m2. (30 g/aplicación). Sin embargo los estudios demuestran que nos aplicamos entre 0,5 y 1 mg/cm2, lo que reduce 20 al 50% del índice de protección referenciado en la etiqueta. Por ello La mejor protección al sol resulta de la aplicación 15-30 minutos antes de la exposición y una reaplicación posterior a los 20 minutos de exposición. Posteriormente se debe aplicar cada dos horas en exposiciones prolongadas.
Debemos tener especial cuidado en la fotoprotección de los niños ya que entre el 50 y el 80% de los efectos deletéreos de la radiación UV se producen durante la infancia y la adolescencia. La piel de los niños es más fina y sensible que la de los adultos.
Exponerse progresivamente al sol, evitándolo entre las 12 y 16 horas. Debemos recordar que podemos quemarnos realizando actividades al aire libre, y días nublados.
Al elegir el fotoprotector es importante valorar no solo la protección, sino también la fotoestabilidad del producto, remanencia en la piel, tolerancia y cosmética. Por ello, en zonas pilosas utilizaremos en general lociones, espumas o sprays, mientras que en niños buscaremos productos más resistentes al agua y duraderos aunque sean menos cosméticos.
Cuando elegimos un índice de protección debemos utilizar un factor 50+ (máximo permitido a partir de enero de 2006 por COLIPA (Asociación Europea de Fabricantes de Perfumería y Cosméticos) en pieles muy claras, intolerancias solares, personas sensibles al sol, patologías fotoinducidas, niños, primeros días de exposición o condiciones solares intensas. Pieles claras, reacción normal al sol, niños, relevo de las altas protecciones, condiciones de sol moderado es suficiente con una protección muy alta (30-40-50). En pieles mates, morenas, pieles ya bronceadas, relevo de las altas protecciones o condiciones moderadas de sol utilizar protección alta (20-15).
Debemos saber, que aunque se utilice un fotoprotector con un índice alto, siguen pasando radiaciones a la piel, por lo que el bronceado será más lento, pero más uniforme, más bonito, más duradero y con menos riesgos para la salud de la piel.
Respecto a fotoprotectores abiertos otros años, debemos tener cuidado porque pueden perder eficacia, pueden contaminarse si no se ha sido cuidadoso, por ello actualmente la Legislación Cosmética informa tanto de la caducidad sin abrir el envase, como una vez empezado.